“Debemos hacer cine conectados con el resto del mundo”: una entrevista con Marcos Zurinaga
Marcos Zurinaga.
La gran fiesta ha alcanzado un estatus casi legendario dentro del cine puertorriqueño. Dirigida por Marcos Zurinaga, quien coescribió el guion con la escritora Ana Lydia Vega y el cineasta Roberto Gándara, la película se estrenó con excelentes críticas en Puerto Rico y en el extranjero, antes de ser seleccionada como la candidata oficial de la isla a la categoría de Mejor Película Internacional en la 59ª edición de los Premios Óscar, décadas antes de que fuera excluida de la competencia. Con un reparto estelar que incluye a Daniel Lugo, Raúl Juliá y Miguel Ángel Suárez, junto al veterano actor de Hollywood E.G. Marshall, el filme es un melodrama de gran aliento impregnado de intriga política.
La historia se desarrolla durante una lujosa fiesta de despedida organizada por la élite intelectual puertorriqueña en el Antiguo Casino de Puerto Rico, celebrada justo antes de que el edificio pasara a manos del ejército estadounidense en la década de 1940. A través de esta celebración, se entretejen temas como la nostalgia, la desilusión y la compleja relación de la isla con los Estados Unidos. La gran fiesta no solo resultó profundamente relevante en el momento de su estreno, sino que continúa siéndolo hoy por su aguda reflexión sobre la identidad y la pérdida cultural. La triste realidad es que hoy resulta imposible encontrar una copia en buen estado de la película, que le falta una buena restauración. Afortunadamente, el propio Zurinaga ha confirmado que ya se está llevando a cabo un proyecto para recuperarla, coincidiendo con el cuadragésimo aniversario del filme, que se celebrará el próximo año.
El prolífico cineasta que desde el estreno de La gran fiesta ha dirigido varias películas, muchas de ellas con temática histórica, será homenajeado en la 16.ª edición del Festival de Cine Europeo de Puerto Rico, organizado por la Alliance Française de Puerto Rico, que se inaugura esta noche. Este homenaje llega en un momento especial, antes del 40º aniversario de La gran fiesta, cuya inspiración, según Zurinaga, surgió de una visita que realizó a los Pirineos franceses durante su juventud.
Federico Olivieri, director del FCEPR, explica sobre la decisión de homenajear al cineasta: “Marcos me contó por teléfono que el guion de su famosa película La gran fiesta lo escribió estando en Francia, en los Pirineos franceses, en casa de la reconocida escritora puertorriqueña (y amiga de la AFPR) Ana Lydia Vega. Me confirmó, además, que la famosa intervención de Raúl Juliá en la película y su memorable frase ‘Lo imposible no es boricua’ es obra de Ana Lydia Vega”.
Antes del evento, nos reunimos con el Sr. Zurinaga para hablar sobre el legado de La gran fiesta, sus influencias y sus planes para su restauración.
Fotos ‘La Gran Fiesta’. Suministradas.
¿Cómo se siente ser homenajeado en esta edición del Festival de Cine Europeo de Puerto Rico?
Bueno, uno siempre se siente muy honrado, muy contento de que diferentes instituciones quieran colaborar con uno o que reconozcan el trabajo que uno ha hecho. Con respecto a este festival, tiene una particularidad, pues yo siempre he pensado que nosotros debemos hacer cine conectados con el resto del mundo. Desde mi primera película, he estado siempre colaborando con otros países. He filmado en Cuba, en México, en Argentina, en Colombia, en Los Ángeles, en Nueva York, en Santo Domingo, en España, en Italia, en Rumanía. En Transilvania, en el pueblo de Drácula, estuve filmando una película sobre el pintor Amadeo Modigliani, que hicimos en los estudios de Mediaset en Bucarest. Hicimos todo simulando París: construímos calles, el apartamento de Modigliani, la escuela de pintura.
Y de hecho, fue en Francia donde yo tomé la decisión de que quería estudiar cine. Cuando se da la oportunidad de hacer la película de La gran fiesta, yo llamo a Ana Lydia Vega, que en ese momento había salido al sur de Francia, a un pueblito de los Pirineos llamado Borce. Ahí escribimos la película completa. Fue de esos proyectos que se hicieron con una velocidad impresionante.
Francia ha tenido un espacio bien íntimo en mi vida. Es muy querido y muy importante para mí de muchas maneras personales, profesionales e intelectuales de manera que me sentí muy honrado de que me haya invitado a hacer parte del festival.
Él me mencionó algo de que te habías inspirado para la historia de La gran fiesta en Francia. ¿Qué fue lo que te inspiró sobre ese país?
El proyecto comenzó como una especie de documental histórico de los años 40. A partir de 1942, Puerto Rico pasa por una transición bien grande cuando Estados Unidos anuncia que va a entrar a la Segunda Guerra Mundial y esto cambia la historia de la vida de Puerto Rico. Se entendió que había que desarrollar a Puerto Rico y que Puerto Rico era bien importante estratégicamente.
Da casualidad que el casino de Puerto Rico donde ocurre [la película] es un es un edificio inspirado en la arquitectura francesa. Se nos ocurre que con el inicio de los Estados Unidos entrar a la guerra era apoyar a Francia en su lucha contra los alemanes, y eso es en gran parte el tema de la película. Había mucho apoyo a Francia y por eso se hace un evento en la película para honrar a Francia en la entrada de la guerra mundial.
Fotos ‘La Gran Fiesta’. Suministradas.
La gran fiesta cumplirá 50 años pronto. ¿Dirías que esta película sigue vigente hoy en día?
Bueno, eso de la vigencia lo puede decir otra gente. No me toca a mí decirlo. Lo que sí sé es que hay muchos temas que siguen ocurriendo.
El personaje principal, que es Daniel Lugo, es de ese grupo de puertorriqueños que estudiaron en universidades de Estados Unidos que vinieron a Puerto Rico a cambiar a Puerto Rico: Sánchez Vilella, Teodoro Moscoso, toda una serie de personas que se insertaron en Puerto Rico de aquel momento. Tiene una ilusión mucho más avanzada socialmente hablando, debido a lo que se llama el “New Deal”. Por sus intereses económicos, él tiene que abandonar su ideal. Es una metáfora que él le da la espalda a la persona en la que está enamorado y decide irse con otra persona por razones de conveniencia. Esto está inspirado en datos históricos. Hay muchas personas que 40 y 50 años después, se arrepintieron.
En Puerto Rico ahora mismo, estamos pasando por un momento bien crucial de determinación de quiénes somos. En aquel momento también. En 1942 fue fundamental, en el nuevo Puerto Rico y ahora en el 2025, con todo lo que está ocurriendo internacionalmente, vuelve siempre el tema. ¿Qué es lo que más necesitamos nosotros en Puerto Rico? ¿Ser parte de Estados Unidos? ¿Ser un país independiente? ¿O ser un país asociado con Estados Unidos, o con otros países?
La cosa curiosa es que he estado en diferentes reuniones con estudiantes y gente joven que han recuperado La gran fiesta, ya mayoría me preguntan que cuando vuelve a salir porque quieren una copia limpia. Eso me indica que hay una preocupación genuina por lo que somos en Puerto Rico y la película parece que sí les toca una vena porque me lo han dicho.
Por allí anda una versión pirateada, pero su calidad no es la mejor. ¿Tienen planes de restaurarla?
Estamos tratando de que para finales del año que viene del 2026 que se cumple 40 años, para poder celebrar el aniversario con una película restaurada completamente.
Este año se han producido muchas películas puertorriqueñas, incluyendo éxitos comerciales como Parto de Teatro Breve, al igual que películas que algunos quizás consideren más de nicho, como Esta isla que se estrenó en Tribeca y también se proyectó en el Puerto Rican Film Festival. A la vez, persisten muchas conversaciones sobre la accesibilidad y la falta de recursos para los cineastas locales. ¿Cómo encuentras tú el panorama del cine puertorriqueño actual?
Yo llevo ya un tiempito, y creo que el cine [puertorriqueño] nunca había tenido una situación donde se genera una masa como la de estos últimos dos años. Entre los años 70, 80 y 90, entramos los individuos que teníamos una ansiedad tan grande de contar nuestras historias a través del cine, que si había que vender la casa o el carro lo hacíamos. Pero eso no crea una industria de cine. Una industria de cine no es una que otra aportación individual; es una masa donde hay gente de diferentes clases sociales, de diferentes visiones, que hacen películas.
Ahora mismo, es lo que yo siempre quería que hubiese ocurrido. Ahora más que nunca, ha habido una visión [femenina] con respecto a los problemas de relaciones personales, relaciones de pareja y relaciones familiares, sociales, culturales y políticas. Eso es una diferencia enorme a mejor. Ahora se han hecho, qué sé yo, entre 20 y 30 películas en el último año. Es un brinco cuantitativo y cualitativo, cuando tienes aquella muchacha que hace La pecera [Glorimar Marrero] y la de Diario, Mujer y Café [Roselyn Sánchez]. Es muy diferente esa aportación. Esa democratización de hacer cine es extraordinaria.
Lo que uno tiene que tener en perspectiva es que eso es parte del proceso de crecimiento. La mayoría de las películas españolas desde los años 40 no eran buenas pero de ahí salieron buenos directores. Tú te conviertes en cineasta no diciendo que lo eres, sino que haces y entonces te conviertes. Esto que ha ocurrido en este último año era el sueño. Ahora vamos a ver llevarlo a la próxima etapa.